La Palabra de Dios trasciende tiempos y lugares, con la fuerza para cambiar desde dentro el corazón del hombre. Aseguro a todos que las presentes Homilías son fruto de una experiencia de Dios, vivida, celebrada y predicada. Y cuando este ¿Verbum Domini¿ se medita así, se puede afirmar aquello que aprendí de mi maestro de literatura: ¿Y será cada vozque articule mi boca,una diáfana gotade la sangre de Dios¿