Ser migrante no es fácil, pero si te da la capacidad de aceptarte y evaluarte, de aprender muchas cosas al salir del estado de confort que vives a diario, y saca de ti las más grandes habilidades y/o destrezas, actitudes o aptitudes que jamás podrías pensar hacer. El ser migrante es una conexión del saber que es lo bueno o que es lo malo aunque en su amplitud ninguno de nosotros lo sabemos a profundidad.