Frente a la incesante y progresiva evolución de lo científico-tecnológico de las últimas centurias, se observa una fuerte apertura superadora hacia un mundo más amplio y más abarcativo que ha ido a la verdadera y siempre compleja interpretación del ser humano, analizado por sí mismo. Si bien las Sociedades del Conocimiento nos han brindado una mayor y mejor calidad de vida, a la vez de permitir una comprensión más clara de lo que representamos y hacia dónde vamos, en las últimas décadas se reabren las puertas agigantadas del humanismo, con la Espiritualidad, tanto en lo cultural como en lo religioso como parte integrada y trascendente de lo que somos. El autor se expresa, luego de un largo recorrido dándole jerarquía a estas fuerzas latentes que vuelven a resurgir como iluminándonos los nuevos caminos del devenir.