La adoración es una postración de la mente y el cuerpo ante la deidad. Es tanto un reconocimiento de Dios como una voluntad de someterse a Él. La adoración es la esencia de toda oración. Para Tozer, la adoración es "sentir en el corazón", "expresar lo que se siente" (¿todavía nos atrevemos a hacerlo en nuestros círculos?), acercarse a Dios con un sentimiento de profundo asombro. Sólo los que tienen una verdadera justicia interior pueden, en el culto, dirigirse a Dios de esta manera. La adoración no son treinta minutos de oración en la iglesia, sino un estilo de vida. Se destacan varias razones para darnos la verdadera razón de adorar, a saber Hemos sido creados para adorar, la adoración nos pone en situación de pedir, adorar a Dios provoca sus bendiciones. Finalmente Gary Thomas; Joyce Meyer; T.D. Jakes testifican que la adoración debe ser la primera actividad cuando abrimos los ojos por la mañana y cuando los cerramos por la noche. David dijo: "Alabaré al Señor en todo momento; mi boca anunciará siempre su alabanza.
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