Este libro surge a partir de una investigación que pretendió ser una invitación a repensar tanto la formación profesional como aquella que acontece en la cotidianidad de una institución educativa, ambas como instancias de formación profesional docente. En este sentido, fue también una incitación a preguntarse primero cómo facilitar el aprendizaje y la formación de los docentes para el logro de una buena enseñanza. Las reflexiones que se desprenden de este estudio parten de considerar a la docencia como una actividad que requiere, además de conocimientos y estrategias metodológicas, un aprendizaje del oficio ligado directamente con la acción que sólo acontece en la medida que se realiza: el docente aprende a enseñar enseñando pero también aprende y aprendió a enseñar aprendiendo cuestiones ligadas a ese oficio durante su trayectoria escolar previa, como alumno universitario y en su rol de profesor. Esta investigación tuvo como protagonistas a docentes de un Instituto de Formación Docente de San Luis (Argentina) que no poseen formación pedagógica inicial.