Según Garrido (1996), se entiende por "imagen de Dios", no la imagen racionalizada, la idea, sino la imagen afectiva, distinguiendo en ésta la consciente y la subconsciente". Para obtener las imágenes de Dios de los sujetos de estudio nos basamos en la teoría de los constructos personales de Kelly. Las imágenes de Dios descritas en los resultados obtenidos e interpretados desde la rejilla de Kelly, coincidieron con la experiencia previa del acompañamiento psicoespiritual que llevaban hasta ese momento. Se observó que en aquellos individuos dónde existía una experiencia parental muy significativa, emergió una imagen psico-afectiva de Dios cercana a las imágenes de "Dios-Padre" o "Dios-Padre-Ley"; lo que concuerda con la literatura referente con la importancia de las figuras primarias en la configuración de la imagen de Dios. Así mismo, si bien las imágenes de Dios que llevamos están relacionadas con estas experiencias primarias, irán mutando desde la experiencia espiritual, por loque en la medida que exista una experiencia amorosa y cercana de Dios; y se tenga consciente de la imagen de Dios que se posea, esta se irá transformando una nueva y positiva imagen de Éste.