A partir del ingreso de la televisión a la sala de estar de los hogares de las familias tradicionales en México y con la posibilidad de que esta pantalla asumiera el rol de distractora primero y niñera después, han sido muchos los aparatos que se incorporan al contexto cotidiano de la infancia. Ahora se impide el placer de la actividad física y muchos niños en México, desde hace más de tres décadas, pasan más tiempo frente a pantallas que con otro ser humano. Los grandes cambios que se ofrecen dentro de cualquier cultura siempre están relacionados con diferentes aspectos. En la actualidad, el avance tecnológico y la necesidad de resaltar la sofisticación de la imagen participa en la compleja configuración del nuevo orden cultural, de tal forma que se vive un posmodernismo donde la relativización de las formas, estructuras y sentidos de la realidad priman sobre la configuración de los procesos de socialización.