En un estudio preliminar en que se trataba de buscar qué posibles estrategias empleaban los deportistas universitarios, se encontró que pese al hecho de tener un nivel cultural medio-alto, la gran mayoría no empleaba ninguna estrategia psicológica para mejorar su rendimiento deportivo, y que de usarla, lo hacían de forma intuitiva, lo que en ocasiones resultaba poco efectivo. Tras la facilitación de las técnicas, los propios deportistas encontraron que el biofeedback junto a la relajación constituían unas de las herramientas más simples y fáciles de controlar (puesto que estaban acostumbrados a focalizar sus sensaciones corporales). Motivo por el cual esta técnica va a ser sometida a experimentación, de cara a conocer su efectividad, así como su empleabilidad, con respecto nuestro objeto de estudio la frustración en general.