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. La ingeniería de tejidos se ha convertido en la nueva frontera de la odontología. En el pasado, la introducción de materiales de restauración de amalgama en la década de 1830 constituyó una frontera. Como esfuerzo interdisciplinario, la ingeniería de tejidos aporta el poder de la ciencia biológica, química y física moderna a los problemas clínicos reales. El impacto de la ingeniería tisular será probablemente más significativo en los tejidos mineralizados, que ya son objeto de importantes esfuerzos de investigación. Estos esfuerzos producirán numerosos beneficios clínicos dentales, como la mejora de los tratamientos de los defectos periodontales intraóseos, la mejora de los procedimientos de injertos maxilares y mandibulares, quizás métodos más biológicos para reparar los dientes después de un daño cariado y posiblemente incluso el recrecimiento de los dientes perdidos. La controversia actual en torno a la odontología regenerativa relacionada con la ingeniería de tejidos no es mala, porque aumenta el escrutinio de su seguridad y ayuda a educar al público y a la profesión sobre su eficacia y sus posibles desventajas.