La transición a un enfoque por competencias en la enseñanza de Matemáticas se fundamenta en la necesidad de que los estudiantes adquieran competencias que vayan más allá del simple conocimiento teórico. Este enfoque se centra en la aplicación práctica del conocimiento, desarrollando en los estudiantes la capacidad de resolver problemas, pensar críticamente y trabajar en equipo. La evaluación tradicional, basada en pruebas escritas, ha demostrado ser insuficiente para medir estas competencias de manera efectiva. En contraste, los métodos de evaluación por competencias, como las pruebas de desempeño y los proyectos, permiten una evaluación más holística y contextualizada del aprendizaje del estudiante. La gamificación por otro lado, definida como el uso de elementos de juego en contextos no lúdicos, ha ganado popularidad como una estrategia pedagógica en la enseñanza aprendizaje. Esta estrategia se basa en la premisa de que el juego puede hacer el aprendizaje más atractivo y motivador para los estudiantes, la gamificación permite a los docentes adaptar sus estrategias a las necesidades y preferencias de los estudiantes despertando el amor e interés por la asignatura.