La gestión pública es la capacidad de llevar a cabo lo propuesto, básicamente en la contemplación de la formulación previa de las políticas públicas, por ello, por gestión pública puede entenderse como la capacidad de los actores gubernamentales para ejecutar los lineamientos programáticos de su agenda, lo que implica la efectiva toma de decisiones para garantizar los resultados deseados y planificados. Esta capacidad debe ser ejercida hoy día tomando en cuenta dos elementos fundamentales: racionalidad y consenso. Son estos dos elementos los pilares elementales del enfoque de las políticas públicas, cuyo principal objetivo es que las prácticas gubernamentales sean ejercidas con legitimidad y eficacia. La gerencia pública busca conjugar las herramientas para la coordinación regulación, monitoreo, y de esta forma potenciar la claridad, es decir direccionar los programas y políticas. Debe ser vista como una herramienta en el desplazamiento de un Estado menos operador e interventor, hacia un Estado más regulador y coordinador, pero como una herramienta que permite modular el proceso, que se concentra más en buscar los equilibrios necesarios, en desarrollar las nuevas potencialidades.