No sólo los avances tecnológicos han marcado el comienzo de este milenio. Las relaciones educativas también están experimentando profundas transformaciones y revolucionando los procesos de enseñanza y aprendizaje. La velocidad con la que fluye la información en la era digital hace que la sociedad viva un periodo de cambio en su forma de comunicarse, relacionarse, aprender, buscar el conocimiento y, en consecuencia, surjan nuevas formas de pensar y convivir en sociedad. También es notable que la sociedad se ha vuelto en cierto modo dependiente de la tecnología, e incluso quienes no han nacido en la era digital se ven obligados a adherirse a ciertos hábitos. Además de los ordenadores, se ha producido un aumento masivo del uso de dispositivos móviles que, debido a su evolución, permiten la portabilidad y la información y comunicación instantáneas. En cuanto a los dispositivos móviles, en particular las tabletas, su uso se ha extendido, quizá debido a su movilidad, que permite actualizar la información de forma inmediata. Pero, ¿qué tienen que ver estos dispositivos con la educación? ¿Cuáles son las reacciones de profesores y alumnos ante la presencia de recursos tecnológicos en el aula? A continuación expondré algunas de mis reflexiones como investigadora.
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