Este libro nació del siguiente interrogante: ¿cómo se fue configurando históricamente el intelectual y por qué distintos sujetos sociales se fueron asociando con dicha figura? Para acercarnos a una respuesta, en lugar de centrarnos en las tradicionales de figuras del literato o el crítico cultural, elegimos aquellos que de un modo u otro hacen de la política su praxis y su objeto de reflexión. Por ello, optamos por construir un campo intelectual en ese espacio de intersección entre la academia y la política donde los representantes del pensamiento político y social y las Ciencias Sociales en Argentina viven una vida casi anfibia. Pero un campo no se limita a posiciones en una configuración de poder. También requiere de un concepto que estructure las relaciones de sentido. Y en el proceso de institucionalización académica de la Sociología y la Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires, la democracia es ese concepto. Y es así, porque la democracia no solamente es interpelada por la realidad política argentina, sino también porque ella hace posible un horizonte de inteligibilidad para la praxis política de quienes persistían en auto-definirse como intelectuales.