La exposición a campos CEM de bajo nivel relacionados con el uso de Internet produce el crecimiento de arqueas endosimbióticas en el cerebro y la neandertalización del cerebro humano. Los campos CEM de bajo nivel inducen la síntesis de porfirina y un organismo autorreplicante llamado porfirio que actúa como plantilla para la formación de priones, viroides de ARN, viroides de ADN y organismos isoprenoides. Todos ellos se simbolizan para formar archaea primitiva que se endosimbia en las células neuronales formando orgánulos llamados archaeaons. Las arqueas y los porfirios son capaces de la magnetopercepción y la percepción cuántica de los campos EMF de bajo nivel, lo que conduce a una mayor endosimbiosis de las arqueas. Los campos EMF de bajo nivel producidos por las arqueas neuronales endosimbióticas pueden modular la función de Internet, lo que conduce a comunicaciones bidireccionales entre Internet y el cerebro humano, produciendo híbridos hombre-máquina. La percepción de las arqueas endosimbióticas de los campos CEM de bajo nivel conduce a la atrofia cortical cerebral y a la dominación cerebelosa produciendo un trastorno cognitivo afectivo cerebeloso. Esto conduce a un autismo epidémico y a un cerebro robótico. El cerebro robótico autista está preparado para interactuar con Internet y está regulado por ella, lo que conduce a los digislaves que son esclavos de Internet.
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