La intervención temprana consiste en proporcionar servicios multidisciplinares continuos a los bebés desde el nacimiento hasta el primer año de vida. Supone una terapia de intervención específica para los bebés con riesgo de retraso en el desarrollo y una evaluación periódica del desarrollo motor, la función cognitiva y el funcionamiento lingüístico/adaptativo. Las intervenciones tempranas promueven la salud del niño, minimizan los retrasos en el desarrollo, mejoran las discapacidades existentes, previenen el deterioro funcional y promueven la interacción entre padres e hijos. La intervención temprana (EI) consiste en servicios multidisciplinares prestados a los niños desde su nacimiento hasta los primeros años de vida para promover la salud del niño, mejorar las competencias emergentes, minimizar los retrasos en el desarrollo, curar las discapacidades existentes, prevenir el deterioro funcional y promover el funcionamiento adaptativo de los padres. Estos objetivos se logran mediante servicios terapéuticos, educativos y de desarrollo individualizados. Un número cada vez mayor de investigaciones ha estudiado los efectos de la IE en el comportamiento y el desarrollo de los bebés de alto riesgo (principalmente los prematuros con bajo peso al nacer) basándose en el razonamiento de que los bebés prematuros corren el riesgo de sufrir discapacidades neurológicas y psicológicas.
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