El creciente aumento de las resistencias microbianas producido por selección natural y mal uso de los antimicrobianos existentes, sumado a la falta de nuevos fármacos con actividad antimicrobiana, pone en riesgo la posibilidad de tratamientos efectivos contra enfermedades infecciosas. Debido a estos factores y en un intento de salvaguardar la salud pública, y evitar los riesgos que acarrea la ausencia de antimicrobianos efectivos, es que se desarrollaron programas conocidos como Programas de Optimización de Antimicrobianos, principalmente en los países con mayores ingresos. La situación es bastante más crítica en los países en vías de desarrollo, en los cuales la implementación de estos programas es más compleja, ya que involucra una mayor inversión inicial con la finalidad de incrementar recursos humanos calificados, que desarrollen y controlen el cumplimiento de estos programas. Sin embargo, se ha demostrado que la aplicación de los mismos tiene beneficios tanto clínicos como económicos que superan ampliamente los costos de su implementación.