Una de las cuestiones que presenta el libro está referida a la forma y modo como el Derecho reproduce en sus esencias contractualistas el concepto de autonomía de la voluntad como un verdadero espejo de la vida humana, en tanto relaciona a la razón con la Ley Moral. En la era moderna y, alrededor de la Revolución Francesa, no hay fórmulas que enuncien al contrato sin destacar el valor de las personas que concurren como contratantes, de modo que el contrato se erige como una real expresión de la voluntad libre de las personas que lo celebran.