Los adolescentes tienen un corazón puro y un espíritu apasionado. Viven el periodo más sensible y crítico de su vida y necesitan orientación, apoyo y empatía. Un adolescente es un plantón recién maduro que necesita cuidados y una jardinería abierta que lo proteja de plagas y accidentes. Valorar a los adolescentes e intentar educarlos y guiarlos es sin duda uno de los signos evidentes del desarrollo cultural de una sociedad. Contrariamente a lo que algunos piensan, la educación en general es una tarea muy difícil, especialmente la educación y orientación de los adolescentes tiene muchas complejidades y puntos sutiles. Tal vez las sabias palabras de Kant, un conocido pensador y filósofo alemán, hayan dado en el clavo en este contexto, cuando dice Hay dos tareas que ninguna otra tarea puede alcanzar en dificultad, el reino y la educación. La educación del ser humano es una tarea difícil porque es un ser complejo y grandioso. Las complejidades del espíritu humano son tales que no es posible simplemente poner su comportamiento bajo una regla específica y estar satisfecho con ello.
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