El éxito del tratamiento del conducto radicular depende de un desbridamiento quimio-mecánico completo del tejido pulpar, los restos de dentina y los microorganismos infecciosos. Los irrigantes del conducto radicular no sólo son importantes para la eliminación de restos y astillas dentinarias producidos durante el modelado y la limpieza, sino que también son de vital importancia para reducir en gran medida la flora microbiana del conducto radicular. Varios factores que afectan a la eficacia de una solución irrigante son el volumen de irrigante utilizado, la concentración de irrigante, la frecuencia de irrigación, la temperatura del irrigante, la duración y el tiempo de contacto intracanal, la gasa de la aguja irrigante, la profundidad de penetración, el diámetro del conducto preparado, la antigüedad de las soluciones irrigantes, etc.
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