Sobre la base de hechos históricos, incorporando elementos de ficción a través de personajes que se hacen parte de la trama, el libro logra que el lector se sienta involucrado en la narración, como un personaje más. Aunque el argumento de fondo son los sucesos históricos conocidos para cualquier lector cristiano, desde el juicio de Jesús de Nazareth, el año 34, en Jerusalén, hasta la destrucción de Jerusalén por el General romano Tito, el año 70. El texto es interesante y novedoso porque, más que una lectura, es en cierta forma una visión de los hechos, lo que logra atrapar la atención de quien lo lee. De alguna manera, el lector puede revivir hechos históricos y lugares de Israel y en especial de Jerusalén, sumándose a los personajes de ficción, haciéndose parte de la trama y de cada escena y situación.