La lucha contra la corrupción es más que nunca una de las prioridades del gobierno camerunés. En efecto, después de haber sido calificado dos veces consecutivas como el país más corrupto del mundo por la ONG Transparencia Internacional, con sede en Berlín, especialmente en 1998 y 1999, las autoridades camerunesas han tomado varias iniciativas para intentar reducir la amplitud de este fenómeno, cuyas consecuencias económicas, sociales y políticas ya no se pueden buscar. Estas iniciativas se tradujeron en la creación de ciertas instituciones especializadas, la adopción de normas anticorrupción y la adhesión a instituciones internacionales... A pesar de todas estas encomiables medidas, la posición del país no ha cambiado y Camerún sigue estando en la lista negra de los países más corruptos del mundo. Entre los diversos actores que participan en esta hercúlea lucha contra la corrupción en Camerún, cabe destacar la notable presencia de las organizaciones de la sociedad civil camerunesa que, por mucho que se esfuercen, aportan su modesta contribución a la erradicación del mayor mal de la administración pública camerunesa.
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