El libro evalúa la carrera de antropología en el Ecuador en la Pontificia Universidad Católica y la Universidad Salesiana de Quito. Resalta la época de oro de los años 70 y 80 y examina su crisis actual al no haber logrado adaptarse a los cambios sociales ni epistemológicos de la disciplina. Como profesora de ambos espacios académicos, la autora realiza un ejercicio de autocrítica y "divulga los secretos de la tribu" como diría Bourdieu, con el fin de reflexionar acerca de la estructura de poder universitaria y los desafíos de la carrera.