Los experimentos se realizaron con material de cadáveres del Instituto de Medicina Forense de Novi Sad (Serbia). Se compararon un total de 41 fotografías de superposición de cráneos humanos con fotografías en vida de las personas fallecidas. Los cráneos se fotografiaron bajo el mismo ángulo que la cabeza de los sujetos en vida. La parte más delicada del trabajo fue la colocación correcta del cráneo en el soporte, y un aumento proporcional de la fotografía del cráneo. Una vez incorporadas a la memoria del ordenador, las fotografías digitalizadas del cráneo y la cara se colocaron una sobre otra y se mostraron en el monitor para determinar su posible congruencia o diferencias. Se prestó especial atención a la congruencia de los mismos puntos antropométricos del cráneo con la cara, así como al seguimiento de sus contornos. Los resultados se resumieron, compararon y evaluaron. Se señaló la justificación social de este método de identificación, tanto a nivel estatal como internacional (Interpol).
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