Estudios recientes han demostrado que aunque la sintomatología no se ponga de manifiesto hasta las cuatro semanas después del parto, ya durante el embarazo comienza a producirse dicho trastorno del estado de ánimo; denominándose depresión periparto. Es por ello que realizar una detección precoz es responsabilidad de los profesionales sanitarios de Atención Primaria ya que son los que van a establecer una estrecha relación terapéutica con las gestantes y sus familias.