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La buena guarda es una obra de teatro escrita por Félix Lope de Vega en 1610, que ofrece una mirada compleja y matizada sobre la religión, el amor y el deber. Originalmente inspirada en la vida de doña Clara, una abadesa que abandonó su convento para fugarse con su amante, la obra sufrió revisiones significativas por parte de Lope de Vega que cambiaron su tono y contexto. Entre esas modificaciones, Lope de Vega trasladó la acción de Ciudad-Rodrigo a un lugar sin nombre en Italia y transformó a doña Clara de una monja en una doncella en recogimiento. Estos cambios pueden interpretarse como un…mehr

Produktbeschreibung
La buena guarda es una obra de teatro escrita por Félix Lope de Vega en 1610, que ofrece una mirada compleja y matizada sobre la religión, el amor y el deber. Originalmente inspirada en la vida de doña Clara, una abadesa que abandonó su convento para fugarse con su amante, la obra sufrió revisiones significativas por parte de Lope de Vega que cambiaron su tono y contexto. Entre esas modificaciones, Lope de Vega trasladó la acción de Ciudad-Rodrigo a un lugar sin nombre en Italia y transformó a doña Clara de una monja en una doncella en recogimiento. Estos cambios pueden interpretarse como un intento de desacralizar la obra, eliminando elementos que podrían haber sido considerados demasiado provocativos o blasfemos para la audiencia de la época. La Jornada primera nos introduce en un ambiente de piedad y expectación religiosa, aunque entremezclado con las preocupaciones amorosas y matrimoniales de los personajes. Leonarda y doña Luisa, las damas, conversan sobre llegar tarde a la misa, mientras que Don Juan y Don Luis, los galanes, discuten sobre la naturaleza del matrimonio como sacramento y cómo esto les permite mirar a las mujeres que desean como esposas. La obra plantea preguntas éticas y morales sobre la religión y el amor romántico, explorando la tensión entre los deberes espirituales y los deseos terrenales. A través de la trama y los personajes, Lope de Vega examina la complejidad de las emociones humanas y las decisiones éticas que estas pueden suscitar, ofreciendo un telón de fondo para el debate y la reflexión. Es especialmente notable la habilidad de Lope de Vega para capturar los matices de la condición humana, utilizando el diálogo y la interacción entre los personajes para ilustrar los conflictos internos y externos que enfrentan. Los personajes son multidimensionales y sus diálogos reflejan una profundidad psicológica que enriquece la obra. La buena guarda es, en resumen, una obra que invita a la reflexión sobre la complejidad de nuestras elecciones vitales, especialmente en lo que respecta a la interacción entre los imperativos religiosos y los impulsos del corazón. Es un estudio de personajes que ofrece una ventana a las preocupaciones sociales y morales de su tiempo, pero que también resuena en la actualidad debido a su tratamiento atemporal de temas universales.
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Autorenporträt
Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 1562-Madrid, 1635). España. Nació en una familia modesta, estudió con los jesuitas y no terminó la universidad en Alcalá de Henares, parece que por asuntos amorosos. Tras su ruptura con Elena Osorio (Filis en sus poemas), su gran amor de juventud, Lope escribió libelos contra la familia de ésta. Por ello fue procesado y desterrado en 1588, año en que se casó con Isabel de Urbina (Belisa). Pasó los dos primeros años en Valencia, y luego en Alba de Tormes, al servicio del duque de Alba. En 1594, tras fallecer su esposa y su hija, fue perdonado y volvió a Madrid. Allí tuvo una relación amorosa con una actriz, Micaela Luján (Camila Lucinda) con la que tuvo mucha descendencia, hecho que no impidió su segundo matrimonio, con Juana Guardo, del que nacieron dos hijos. Entonces era uno de los autores más populares y aclamados de la Corte. En 1605 entró al servicio del duque de Sessa como secretario, aunque también actuó como intermediario amoroso de éste. La desgracia marcó sus últimos años: Marta de Nevares una de sus últimas amantes quedó ciega en 1625, perdió la razón y murió en 1632. También murió su hijo Lope Félix. La soledad, el sufrimiento, la enfermedad, o los problemas económicos no le impidieron escribir.