En los albores de la Guerra Fría, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) jugó un papel protagónico en el ocaso del proceso nacional revolucionario de Guatemala, en el que el gobierno de los Estados Unidos vio -o quiso ver- un peligro comunista, una injerencia de la Unión Soviética en el Hemisferio Occidental. De esta manera, entre 1949 y 1954, el país centroamericano formó parte de las preocupaciones de la potencia capitalista y de las ocupaciones de la Agencia, como consta en la vasta documentación clasificada como secreta por medio siglo y abierta a consulta pública hace unos años. Documentación que es base de este texto que busca contribuir a conocer la forma en que se dio la intervención estadounidense en la primavera guatemalteca, desde la mirada de la propia CIA.