La formación de la ciudadanía en México es tratada a través de cinco capítulos: el primero es un marco teórico político del tema y la búsqueda de las herramientas analíticas que permitieran comprender el periplo de este fenómeno en el país; el segundo se enfoca en la llegada del liberalismo a la Nueva España y su influencia en el proceso formativo del Estado nacional mexicano y los primeros ciudadanos; el tercero es relativo a la ciudadanía ilustrada, cuyo estatus es definido por raza, clase e ilustración, dando lugar a una ideología racista, excluyente y clasista; el cuarto significó el rompimiento con el antiguo régimen y la búsqueda en la definición de una calidad ciudadana más apegada a lo autóctono y poniendo especial énfasis en los derechos sociales, que habían sido la mecha que había encendido la Revolución; el quinto señala la existencia de una ciudadanía tutelada durante la mayor parte del siglo XX, pues el carácter del poder había sido el autoritarismo ejercido por el presidencialismo, el partido oficial y un corporativismo que controlaba social y políticamente a la sociedad mexicana. Al finalizar el siglo XX el avance democrático ha dejado muchas asignaturas pendientes.