Según Ernst Cassirer, la pregunta por el ser propio constituye una indagación natural y permanente por parte del ser humano. A través de una reflexión crítica, se exploran las condiciones por medio de las cuales es posible el autoconocimiento. En el presente libro se sostiene que, la metodología propuesta en la Filosofía de las formas simbólicas constituye una reflexión sobre las condiciones del conocimiento, en las que se opone, como antítesis básica, la imagen natural del mundo y la imagen teorética del mundo. A partir de la nueva definición del ser humano como animal simbólico, todo el conjunto de expresiones culturales (especialmente los símbolos míticos, los símbolos lingüísticos y los símbolos científicos) se ofrecen como caminos válidos para la investigación simbólica del ser. Se propone que todo el camino funcional que recorre el espíritu entre la advertencia de ser vivo, su andar por la relación representativa y su cumbre en la simbolización cultural, permiten al agente identificarse como ser constructor de símbolos a través de los cuales se reconoce como un ser particular, humano y personal.