El espacio psíquico y el espacio social han sido considerados mutuamente excluyentes a lo largo de la historia de las disciplinas humanistas cuando se trata de comprender e interpretar la realidad cotidiana de los sujetos. Para producir la relación entre ambas esferas se hace necesario poner el acento en dos cuestiones fundamentales: por una parte en el aporte de los autores que han teorizado respecto a como se conjugan lo social y lo psicológico, y por otra parte en la aprehensión de la experiencia social de los sujetos con deficiencias psíquicas, y cómo, según ellos, son percibidos por la sociedad en tanto enfermos. Las enfermedades mentales han sido delimitadas de diversas maneras según las características de cada tradición investigativa, disciplina o contexto histórico y cultural. Sin embargo existe un denominador común que se observa en la bibliografía desarrollada por ciertos autores respecto al tema de la locura; ésta tiene implicancias y connotaciones que la definen y revisten socialmente.