Las crisis económicas en el mundo han impulsado que los procesos de contratación pública y privada se vuelvan estratégicos en una organización, buscando optimizar los recursos y hacer procedimientos de compra de bienes, contratación de servicios y construcción de infraestructura con mayor eficacia y eficiencia, adoptando tecnologías y modelos que amplíen sus capacidades. Hacer más con menos es el objetivo de cualquier organización, es decir, diversificar el modelo actual con estrategias de contratación y mejor gestión de los recursos. Lo que ha impulsado mecanismos de cambio es sin duda la corrupción; los delitos derivados de la misma han provocado que las organizaciones sean más cautelosas en los actos comerciales con terceros, que organizaciones internacionales se pronuncien emitiendo acuerdos, normas y estándares, que los sistemas financieros cierren filas para prevenir el blanqueo de capitales y que los sistemas penales tipifiquen los delitos para personas físicas y jurídicas. Entender la contratación desde la buena administración nos permitirá no sólo establecer principios, sino cumplir con las metas y objetivos trazados en los planes de desarrollo de los países.