El libro aborda como aunque la cultura preventiva es producto y resultado de una educación determinada y de un proceso de socialización muy profundo, es al mismo tiempo y ésta es una de nuestras hipótesis fundamentales, una premisa fundamental para el logro de una educación social de la conducta de los individuos pues se convierte entre otras cosas en un poderoso factor socializador a través de sus diversos medios de expresión. Los resultados empíricos obtenidos confirman que una cultura preventiva adecuada en la sociedad se convierte en un elemento catalizador de hechos sociales tendentes a la armonía, la paz y la justicia entre los hombres, pueblos y sociedades en general, aspectos que deben ser desarrollados en el contexto escolar, familiar y comunitario. En esa tarea una ardua labor le corresponde al maestro primario, por el carácter preventivo y educativo de su actividad con los escolares y su entorno social.