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GER.¿ El amor y la obligación no sólo me mandan, pero porfiadamente me fuerzan, amiga Teodora, a que os diga mi sentimiento. TEO.¿ ¿En qué materia, Gerarda? GER.¿ De Dorotea, vuestra hija. TEO.¿ No es tanto que ella yerre como que vos lo advirtáis. GER.¿ Como eso puede nuestra amistad antigua y el amor que la tengo. TEO.¿ Bien se conoce del afecto con que desde el principio de nuestra plática me la habéis encarecido. GER.¿ La mayor desdicha de los hijos es tener padres olvidados de su obligación, o por el grande amor que los tienen, o por el poco cuidado con que los crían. TEO.¿ ¿Puédese negar…mehr

Produktbeschreibung
GER.¿ El amor y la obligación no sólo me mandan, pero porfiadamente me fuerzan, amiga Teodora, a que os diga mi sentimiento. TEO.¿ ¿En qué materia, Gerarda? GER.¿ De Dorotea, vuestra hija. TEO.¿ No es tanto que ella yerre como que vos lo advirtáis. GER.¿ Como eso puede nuestra amistad antigua y el amor que la tengo. TEO.¿ Bien se conoce del afecto con que desde el principio de nuestra plática me la habéis encarecido. GER.¿ La mayor desdicha de los hijos es tener padres olvidados de su obligación, o por el grande amor que los tienen, o por el poco cuidado con que los crían. TEO.¿ ¿Puédese negar a la naturaleza el amor de la sangre, ni el de la crianza a sus gracias, desde la lengua balbuciente hasta el discurso de la razón? GER.¿ Puede, cuando el castigo importa. TEO.¿ En la parte de la naturaleza, sería quebrar un hombre su espejo porque le retrata, pues el inocente cristal lo que le dan eso vuelve; y en la de la crianza, lo que sucede a los animales y aves, que se crían todo el año para matarlos un día. GER.¿ Si el hijo retrata al padre en las costumbres, perdónele porque le parece. Si no, bien puede quebrar el espejo, pues que no le retrata; que cuando vos érades moza, lo mismo hacíades con el cristal que no os hacía buena cara. TEO.¿ Eso de cuando érades moza, pudiérades haber excusado, que ahora también lo soy.
Autorenporträt
Félix Lope de Vega Carpio1¿2¿ (Madrid, 25 de noviembre de 1562 - Madrid, 27 de agosto de 1635)3¿ fue uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los autores más prolíficos de la literatura universal. El llamado Fénix de los ingenios4¿ y Monstruo de Naturaleza (por Miguel de Cervantes) renovó las fórmulas del teatro español en un momento en el que el teatro comenzaba a ser un fenómeno cultural de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca, del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las cotas más altas alcanzadas en la literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de varias novelas y obras narrativas largas en prosa y en verso. Se le atribuyen unos 3000 sonetos, tres novelas, cuatro novelas cortas, nueve epopeyas, tres poemas didácticos y varios centenares de comedias (1800 según Juan Pérez de Montalbán). Amigo de Francisco de Quevedo y de Juan Ruiz de Alarcón, enemistado con Luis de Góngora y en larga rivalidad con Cervantes, su vida fue tan extrema como su obra. Fue padre de la también dramaturga sor Marcela de San Félix.