Las Hermanas Dominicas de Voorschoten trabajaron en el campo de la educación en la isla de Sint Maarten, en las Antillas Holandesas, desde 1890 hasta 1990. Sint Maarten es una isla caribeña holandesa con raíces en el Caribe y en los Países Bajos. Las Hermanas crearon la infraestructura de la educación católica en Sint Maarten, lo que se pone de manifiesto en el impresionante número de escuelas que fundaron. Durante su estancia en Sint Maarten, su misión era enseñar y educar, una labor que han realizado lo mejor posible. La educación parece haber tenido un carácter más bien conservador, en el que los conocimientos y las virtudes que se transmitían al "otro" eran bien intencionados, pero no estaban totalmente en contacto con el entorno local. La cuestión del idioma, si se debía emplear el neerlandés o el inglés como lengua de enseñanza, fue un problema en su época y sigue siéndolo incluso ahora. Sin embargo, esto no se puede atribuir a las Hermanas, ya que pertenece a la política educativa general del reino de los Países Bajos, con la que también tuvieron dificultades. Muchos de esos problemas darían lugar más tarde, tras la marcha de las Hermanas, a la convocatoria de un proceso de antillanización.
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