En las zonas rurales de conflicto colombiano, las personas aprendieron en muchas ocasiones a ser violentos, las escuelas se convirtieron en espacios de relaciones violentas por aprendizaje social e incluso, los juegos entre estudiantes aunque en si no tenían la intención ultima de agredir a los otros se convertían en replicas del conflicto, de la violencia.A partir de la firma de un acuerdo de paz con un grupo alzado en armas, se vinieron los retos sociales para desterrar la violencia de las zonas y convertir los espacios que antes eran ocupados por el conflicto en espacios de relaciones sociales positivas; a la escuela le corresponde en gran parte ese reto; así como se aprendió a ser violentos se debe aprender una cultura de relaciones humanas democráticas, respetuosas, dignas; para este aspecto no se trata de llenar el currículo de temáticas referentes a la paz sino de crear cultura de paz desde la educación que se imparte sin cargar el currículo de temáticas y de asignaturas nuevas.