Cuando alguien piensa en lo mal que anda la educación en nuestros países, lo primero que hace es culpar al ministerio de educación, cuando no al gobierno. ¿Cómo es que podamos estar tan mal con toda la ayuda que recibimos, mientras Cuba que no recibe nada y tiene el bloqueo, aparece como el país con lo más altos índices de rendimiento en todas las áreas? Este libro, no trata precisamente de Cuba, sino de todos los países de América latina sujetos a una educación impuesta por la institucionalidad del orden mundial capitalista para hacernos cada día más ignorantes, más obsecuentes, más pobres. Trata de esa educación que en nombre de la ayuda y la cooperación internacional, desarticula pueblos, enajena conciencias, desarraiga culturas. De esa educación que, cebándose en la pobreza, hace crecer cada año nuestras deudas externas hasta hacerlas impagables. De esa educación que, en el rincón más alejado de la tierra, sirve para reproducir el orden de la agresión, la violencia, el terror, la corrupción, la impunidad, de quienes lo establecieron y manipulan en nombre de la libertad y la democracia judeo cristiana.