Los requerimientos formativos de la nación apuntan a la necesidad de generar propuestas que vinculen la educación con el sector productivo. Esta ha sido una desiderata permanente de la sociedad venezolana, incluso desde antes de la aparición del petróleo con toda la carga emocional que este ha representado para nuestra cultura como ciudadanos y como país. Esta búsqueda supera en forma y esencia los tradicionales discursos partidistas, emitidos desde cualquiera de los sectores en pugna por el poder en Venezuela durante toda nuestra historia republicana. Se requiere de forma urgente una real propuesta política en materia educativa que revalorice nuestra cultura de trabajo. Junto a esta, la disciplina, la honestidad, el sentido de logro, siempre presentes en nuestro ser venezolano. Además de la convicción que nos ayude a creer en nosotros mismos, en nuestras capacidades y potencialidades como país generador de riquezas no solo materiales, mineras o producto de rentas, sino también derivadas del trabajo responsable.