El Amor infinito, la misericordia eterna de Dios, la bondad y la entrega total de Jesús de Nazaret y la eterna presencia del Espíritu Santo, han hecho realidad el Reino de Dios sobre la tierra. Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. 1 Pedro. 1,3. Están cordialmente invitados al Reino de Dios.