En el país del realismo mágico de Gabriel García Márquez, la sociedad colombiana ha tenido que convivir con la violencia y la ignominia de una guerra constante que como el viento no se ve, pero hace sentir su presencia. Los colombianos viven en un contexto en el cual las tragedias de hoy, son más dramáticas que las tragedias del ayer y como respuesta la sociedad colombiana ha sucumbido a la enfermedad del sueño, teniendo que ponerles nombre a las cosas para no olvidarlas. El presente escrito hace parte de los esfuerzos de algunos colombianos, que no queremos olvidar, porque creemos en la de construcción de "mundos posibles".