De un 12 a un 15% de los escolares convive con alguna enfermedad crónica, siendo las más frecuentes en España las alergias alimentarias, el asma, la epilepsia y la diabetes. Este grupo de escolares puede requerir de ingresos hospitalarios repetitivos o prolongados interfiriendo así tanto en sus logros académicos como en la relación con sus compañeros. También pueden padecer una reagudización de su proceso crónico durante el horario lectivo o pueden requerir de un apoyo especial durante la clase de educación física o durante el comedor escolar. Padres y docentes a menudo se ven sobrepasados por las necesidades de estos escolares generando en ellos sentimientos continuos de miedo y ansiedad. Si esta situación no se maneja de forma adecuada la calidad de vida de estos niños y adolescentes puede verse realmente perjudicada. Parte imprescindible de la solución de esta problemática es la presencia de los profesionales de enfermería escolar en las aulas, entendidos como un miembro más del equipo docente.