Propongo a la Contrahistoria como la forma de enseñar-interpretar el hecho histórico, en oposición a la historia patria. La historia oficial cohesiona y abona a la identidad. La Contrahistoria apuesta por el pensamiento científico. La interpretación es clave en la práctica de la historia científica. La historia patria apela a la memorización. La Contrahistoria pugna por la memoria-razón-interpretación. La Contrahistoria dialoga como estructura metodológica para interpretar hechos más allá del dogma y del paradigma. Para hacer Contrahistoria, hay que saber la historia oficial del acontecimiento a interpretar. El docente que elija a la Contrahistoria como camino de enseñanza, debe gozar de una formación académica especializada. El historiador científico es el indicado para desarrollar discursos contra históricos. Es importante y deseable que la materia de historia sea impartida por historiadores.