Se pretende demostrar, partiendo de la relación ontológica entre el hombre y el espacio, que el arte facilita el desarrollo del hombre y el progreso de la sociedad siendo, por un lado, indicador de las crisis del hombre y la sociedad y, por otro, catalizador de cambios humanos y sociales capaces de transformar y mejorar el entorno humano y la relación entre los seres. A la luz de las intervenciones escultóricas desarrolladas en el contexto del siglo XX, que nos permiten hablar de un arte que nunca antes había sido tan espacial, tridimensional, tetradimensional o virtual, el libro revisa el espacio plástico como forma de conocimiento de la relación vital, activa y reflexiva entre el individuo y el mundo.