El circo es una comunidad nómada que, a donde quiera que va, carga con todo lo necesario para sobrevivir: algunas casas rodantes, un puñado de artistas, un elefante amaestrado, dos o tres camellos, una escuela, y... un maestro. Así es, en el circo también se estudia. En México, el sistema educativo se encarga de enviar maestros para que viajen con las caravanas de los circos y brinden educación básica a los hijos de los artistas y trabajadores circenses. Esta investigación describe la espectacular manera de vivir el mundo que poseen los habitantes del circo, así como la manera en que su cultura puede verse reflejada en la escuela a la que asisten sus hijos. Con ésta investigación se contribuye al reconocimiento de la diversidad humana, bajo al argumento de que si no existe una única y válida manera de vivir en el mundo, entonces, tampoco existe una única y válida manera de vivir la escuela. Tal vez es por eso que el verdadero reto de este libro no es describir las cosas extrañas que suceden en la escuela de un circo, sino lograr, que quien lo lea, ponga en cuestión la ¿normalidad¿ de la escuela en la que le ha tocado crecer y la cultura en la que le ha tocado nacer.