Las organizaciones, sin importar si se trata de entes públicos o privados, grandes o pequeñas, lucrativas o filantrópicas, tienen como misión la generación de valor para terceros. En ese cometido, la evaluación es la herramienta clave para orientar y dimensionar el nivel de generación de valor y con ello aportar recomendaciones para maximizar la generación de valor. Por ello no constituye únicamente un mecanismo de verificación; sino una poderosa herramienta para el cambio social y la mejora en la calidad de vida de las personas.