D. Rodrigo Calderón, prócer de finales del XVI y principios del XVII, salió a la palestra política gracias a su ingenio y a su amistad con el duque de Lerma. En breve tiempo amasó una gran fortuna, se convirtió en un alto cargo del reinado de Felipe III e incluso, llevó las riendas del Estado Español. Todo le iba bien hasta que en 1619, a raíz de una decisión real desterraron al Duque. Por aquel entonces, la suerte de don Rodrigo Calderón dio un giro copernicano: primero le arrestaron, luego le encarcelaron y finalmente al subir al trono Felipe IV en 1621, le ejecutaron por una serie de presuntos cargos y crímenes. Analizar su figura en la literatura española del XVII al XXI es un enfoque novedoso en la medida en que por vez primera se aborda su vida y muerte desde una perspectiva literaria, es decir, reuniendo composiciones de distintos géneros literarios y siglos (que engendró su desgracia) en un mismo trabajo para dar a conocer entre otros, los entresijos de su condena a muerte, la opinión de los escritores sobre su caso e intentar justificar por qué su historia hizo correr tanta tinta desde el siglo XVII hasta hoy en día.