En la educación superior ecuatoriana, el proceso formativo se transforma y el conocimiento, como resultado principal que se produce, se orienta a crear en sus estudiantes una capacidad de acción en correspondencia con la actividad laboral para la que se forma, unido a las exigencias de una sociedad cambiante en la que ese profesional, no solo ha de saber hacer, sino querer hacer y hacer, es un proceso de formación del profesional, donde se busca respuestas a los problemas que emanan de la práctica, condicionado por las demandas del contexto sociocultural. Uno de esos problemas se asocia al tratamiento de la prevención de enfermedades desde el vínculo con la comunidad. La autora reflexiona sobre esta problemática en el texto que se presenta.