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Desde la catástrofe del 11-S y el inicio de la guerra global contra el terrorismo, el sistema internacional ha seguido asistiendo a un gran aumento de los retos de seguridad asociados a los conflictos armados, la subversión, el terrorismo y la insurgencia. Pero estos problemas se ven ahora exacerbados por el creciente descontento mundial derivado de la pobreza, el extremismo ideológico, la corrupción y la debilidad de las instituciones, especialmente en los países en desarrollo. Desgraciadamente, Nigeria pertenece a ese tipo de estados en los que el elemento del fracaso ha dado lugar a la evolución del grupo insurgente Boko Haram. El horror desatado por este grupo ha seguido amenazando el noreste de Nigeria y sus países vecinos, lo que supone un grave peligro para la estabilidad regional. De hecho, desde 2009 se han perdido más de 30.000 vidas y 2,7 millones de personas más han sido desplazadas. En este sentido, la MNJTF se desplegó en 2015 como una "fuerza regional" con el mandato de eliminar a Boko Haram. Sin embargo, algunos observadores han afirmado que durante los últimos tres años, la MNJTF no ha cumplido con su mandato. En este contexto, el estudio examina el impacto de la MNJTF en la guerra contra Boko Haram de Nigeria de 2015 a 2018 y formula recomendaciones sobre la base de sus conclusiones.