La prioridad en materia de la seguridad pública es salvaguardar y proteger los derechos de las personas y preservar sus libertades, el orden y paz públicos. En este sentido resulta relevante identificar la percepción social respecto a la seguridad como consecuencia de la función policial para determinar un panorama real y, en consecuencia, determinar una operatividad policial basada en la proximidad social que conlleve a un beneficio social, que permita una convivencia libre del delito, donde la policía sea parte del tejido social y que exista confianza y certidumbre respecto a su actuación. Esta es la aspiración de cualquier sociedad.