El equilibrio celular en el sistema sanguíneo está garantizado por tres niveles de organización del sistema de hematopoyesis: las células madre, los factores de crecimiento y el microambiente estromal. Las células madre hematopoyéticas tienen la capacidad de diferenciarse simultáneamente en todos los tipos de células sanguíneas y de proliferar para mantener la consistencia de su composición cuantitativa, ya que no hay reposición de este pool desde el exterior durante el periodo postnatal. La médula ósea hematopoyética se encuentra en las trabéculas de los huesos esponjosos, recubierta de un tejido estromal formado por células estromales y la sustancia intersticial producida por ellas. La función hematopoyética del microambiente estromal se realiza mediante la adhesión específica de las células madre, la producción de factores de crecimiento y las moléculas de interacción intercelular. Un método importante de evaluación diagnóstica de la hematopoyesis es el examen morfológico de los frotis de punción de médula ósea. Para ello, se han desarrollado los llamados índices de la médula ósea, es decir, la proporción de los distintos tipos de células hematopoyéticas. La evaluación de estos índices con respecto a la celularidad de la médula ósea, la composición de la sangre periférica y los datos clínicos es muy importante para la evaluación experta de la hematopoyesis.
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