En España se fabrica cemento Portland desde finales del S. XIX. Tradicionalmente, este sector ha sido considerado estratégico para la economía nacional; esta peculiaridad ha perfilado un mercado del cemento en España donde los productores se comportan como un oligopolio tipo cartel con liderazgo de precios y donde los consumidores son cuasi-precio aceptantes. La industria negoció el precio del cemento en el Ministerio de Industria hasta 1981, año en el que se produce la liberalización del mercado. A lo largo del siglo XX, la estructura del mercado ha evolucionado hacia una mayor concentración, fruto de las fusiones y adquisiciones de empresas dentro del sector, con un papel relevante de la banca industrial que vendió sus participaciones en el sector. En la actualidad la industria depende principalmente del sector de la construcción al que lleva ligada desde sus orígenes.