La infancia es la historia de un sueño, un poema de esperanza y un pensamiento de dulzura. Los niños, porque sus corazones son amables, puros, sinceros, no soportan el odio, no conocen el odio y las sonrisas nunca les abandonan. Los sentimientos de los niños son sensibles, sus conversaciones interesantes y sus interacciones afectuosas. Si les ofendes hoy, lo olvidarán mañana, y con una palabra puedes borrar esa ofensa, porque sus corazones son blancos y no soportan ninguna carga contra nadie.
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